Las valientes madres de Soacha y 4716

"La paz es una piedra en la que cada día hay que esculpir el esfuerzo del derecho a conquistarla."
(Miquel Martí i Pol)

Hoy he asistido a la entrega del premio que concede el Instituto Catalán Internacional de la Paz (ICIP) a constructores de paz. Este año ha sido muy especial para mí porque se lo han dado a las Madres de Soacha.

De izq. a dcha, María Sanabria y Luz Marina Bernal
en el Parlament de Catalunya

Les han dado el premio porque en 2008 el ejército colombiano ejecutó a sus inocentes hijos y desde entonces ellas no han dejado de pedir justicia para ellos y para todas las otras víctimas de las llamadas "ejecuciones extrajudiciales". Ha sido un acto muy emocionante, especialmente cuando María Sanabria lo ha agradecido cantando las historias de las víctimas y Luz Marina Bernal ha explicado que buscan formas artísticas de expresión para que no puedan acallarlas.

4716 es el número de ejecuciones de este tipo contabilizadas hasta ahora, según el ICIP.

En la época del presidente Álvaro Uribe, en 2005, se aprobó la directiva 029 por la que los militares colombianos recibían incentivos de hasta 2500 dólares si ejecutaban a guerrilleros. 

Lejos de ayudar a la paz, esto hizo que miles de jóvenes fueran engañados con falsas promesas de trabajo y que sus cuerpos aparecieran disfrazados de guerrilleros, sepultados en fosas comunes, en muchos casos a cientos de kilómetros de su hogar, meses después.

En su discurso, el presidente del ICIP ha destacado que "su lucha por la justicia trasciende Soacha" y que "la mayoría de los casos está pendiente de resolución", lo cual en sí mismo ya es una tragedia después de tantos años. La presidenta de Amnistía Internacional ha glosado su historia, y la del Parlament de Catalunya ha destacado "su coraje y valentía, su contribución a defender la justicia y el Estado de Derecho y también a construir la paz en Colombia". 


Hace unos años yo no sabía quiénes eran y lo descubrí gracias a Natalia Tamayo, con quien elaboré este comic para Amnistia Internacional, para dar a conocer el trabajo de AI y el de las Madres de Soacha.

Natalia dirige el Taller de Grabado Internacional Xalubinia en Menorca, junto a Pere Pons y José Cáceres. En este otro post en inglés podéis leer más sobre ellos.


El gran periodista Gervasio Sánchez ya escribió El señor X de los falsos positivos, que es como se conoce en Colombia a este tipo de ejecuciones extrajudiciales, en 2010. También hoy el País ha publicado Mamitas positivas, donde se incluye el vídeo de Lágrimas, escrito por el hermano de una de las víctimas.

Estas son las 5 Madres de Soacha premiadas: 


Y estas son sus historias: 

Luz Marina Bernal
El hijo de Luz Marina Porras Bernal, Fair Leonardo Porras Bernal, desapareció el 8 de enero de 2008 del barrio Compartir de Soacha. Tenía 26 años y sufría
una discapacidad mental. Luz Marina denunció su desaparición inmediatamente y durante ocho meses lo buscó por clínicas, hospitales y albergues. El 16 de septiembre de 2008 le comunicaron que habían
encontrado el cadáver de su hijo en una fosa común del municipio de Ocaña. Fuentes del ejército afirmaron que era miembro de un grupo ilegal y que había muerto en combate. Investigaciones posteriores realizadas por la Fiscalía General de la Nación establecieron la falsedad de la información. Su hijo había sido ejecutado extrajudicialmente por el ejército. Fair Leonardo Porras Bernal salió de Soacha con la falsa promesa de trabajo en otra ciudad.

Carmenza Gómez
Carmenza Gómez Romera tenía tres hijos. Uno de ellos, Víctor Fernando Gómez, fue asesinado extrajudicialmente por el ejército el 25 de agosto de
2008 y otro, John Nilson, fue asesinado el febrero de 2009, el mismo día que debía mantener un encuentro mientras investigaba el homicidio de su
hermano. La hija, Luz Nidia, continúa recibiendo amenazas. El 4 de marzo de 2009 recibió una llamada telefónica con amenazas de muerte.

María Sanabria
Jaime Steven Valencia Sanabria, hijo de María Sanabria, fue ejecutado extrajudicialmente el 8 de febrero de 2008. La madre ha recibido amenazas
desde que lo enterró en noviembre de 2008. El 7 de marzo de 2009, cuando iba a recoger a su nieta a la escuela, dos hombres la abordaron desde una
moto. Mientras uno de ellos la retenía cogiéndola por los cabellos, el otro le advirtió: “Nosotros no estamos jugando, siga abriendo esa jeta y verá que va
a terminar como su hijo, nosotros no jugamos vieja hijueputa”. Otros familiares también han recibido amenazas.

Melida Bermúdez
El 26 de enero de 2008, su hijo Jonathan Soto, un estudiante de 17 años, desapareció y nunca más lo volvieron a ver. A las dos de la tarde abandonó
Soacha con un hombre y no se supo nada más. El 30 de agosto del mismo año, Melida Bermúdez supo que lo habían asesinado en Ocaña al día siguiente de
desaparecer. Melida insiste aun en hacer justicia pese a las dificultades para esclarecer la verdad de lo sucedido a su hijo.


Lucero Carmona
Omar Triana Carmona trabajaba en la ciudad de Medellín. Se dedicaba a la artesanía, la poesía y hacía traducciones al inglés. El día 11 de agosto de 2007
fue el último día que su madre, Lucero Carmona, consiguió comunicarse con él. Desapareció. Al cabo de cuatro días, el ejército lo reportó como una baja más en combate, acusado de ser traficante de armas y de drogas al servicio de la guerrilla de las FARC. Desde entonces, Carmona lucha con otras compañeras para que ninguna madre vuelva a perder a su hijo a manos del ejército.





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